«La obesidad es un problema de salud mayor. Es muy prevalente y preocupante. Algunos estudios han demostrado que el entrenamiento de la musculatura inspiratoria mejora su fuerza y su resistencia, así como su capacidad de esfuerzo en el test de la marcha de los seis minutos. Hablan de que aumenta entre 50 y 60 metros tras unas tres o cuatro semanas de entrenamiento», explica a Redacción Médica Antonio Tomás Ríos, fisioterapeuta en el Hospital Santa Lucía de Cartagena.
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El test de la marcha en sí consiste en pedirle al paciente que camine lo más rápido posible -sin correr- en un pasillo de al menos 30 metros. Con él se controlan indicadores como la frencuencia cardiaca, la saturación y la sensación de disnea. Permite ver la capacidad física de una manera sencilla y reproducible.
El papel de los fisioterapeutas
¿Sería, por tanto, fundamental el papel de los fisioterapeutas para el abordaje de problemas respiratorios en este tipo de pacientes? «Siendo sinceros -responde Ríos Cortés- está por ver. Hay muy pocos estudios y es un inicio. Debemos seleccionar bien para qué subgrupo de pacientes obesos, que son muy diversos entre ellos, puede ser más útil y más relevante este entrenamiento».
La 28 Reunión de Invierno de Separ ha servido para que el Área de Fisioterapia de la sociedad científica ponga sobre la mesa esta invitación a interesarse por una técnica que sirva para las personas con obesidad. Porque, según el fisioterapeuta, a día de hoy no se da la importancia suficiente a los problemas respiratorios en las personas obesas.
«Es verdad que hasta que no llegan a ciertos niveles de obesidad y empiezan a padecer problemas respiratorios serios, como hipoventilación, no somos conscientes o les prestamos poca atención desde la Neumología o la Cirugía Respiratoria probablemente poco. Sí desde otras horas, como la Endocrinología o la Nutrición», asegura. La idea es cambiar esa situación.